Investigadores de la Estación Experimental La Mayora, en Málaga, utilizan aditivos en las cubiertas de plástico para dificultar la visión de los insectos portadores.
Almería cultivó casi 900.000 toneladas de tomate y más de 165.000 de melón durante la pasada campaña agrícola, según los datos elaborados por el Servicio de Estudios de la Fundación Cajamar, lo que arrojó un valor que supera los 476 millones de euros.
Esta cifra da una idea de la importancia de la investigación dirigida por Enrique Moriones, que ha usado aditivos en las cubiertas plásticas de cultivos protegidos que dificultan la visión de los insectos portadores de los virus que infectan los cultivos de tomate y melón, reduciendo sus efectos, lo que se traducirá en un importante ahorro en las mermas de producción.
Moriones es investigador del Consejo Superior de Investigaciones Científicas y responsable del Laboratorio de Virología Vegetal de la Estación Experimental La Mayora del CSIC en Málaga.
Este investigador trabaja en enfermedades virales de importancia económica en las especies hortícolas propias de los cultivos intensivos del sur de España, tales como el tomate y el melón. Además, Enrique Moriones es el director de este centro de investigación en Málaga.
Desde finales de los años ochenta se han venido produciendo graves epidemias de virus transmitidos por la mosca blanca Bemisia tabaci en cultivos de tomate de España y el resto del mundo. Este es el caso de las epidemias ocasionadas por los begomovirus (familia Geminiviridae) causantes de la enfermedad del rizado amarillo del tomate que supone un serio factor limitante para la producción.
En los últimos años, los estudios que ha llevado a cabo este Laboratorio de Virología Vegetal se han concentrado en virosis, enfermedades provocadas por virus, que afectan a tomate y melón.
Tras más de una década de estudio, el grupo de investigación de Enrique Moriones ha podido delimitar los principales factores asociados con esta emergencia, al igual que el virus de la gripe que tiende a modificarse y variar año tras año, los virus que asolan los cultivos españolas actúan de la misma manera. En general, estos investigadores han observado una alta plasticidad de las poblaciones de estos virus en parte relacionada con su rápida capacidad de evolución a través del intercambio genético por medio de la recombinación, explorando nuevos espacios de secuencia y variabilidad genética.
Según Enrique, ya cuentan con resultados que reflejan la elevada capacidad de estos virus para adaptarse a nuevas condiciones ecológicas. Esto dificulta notablemente el control de las epidemias en los cultivos por lo que se han investigado estrategias que puedan combinarse en sistemas de manejo integrado que incluyen actuaciones a muy distintos niveles.
"Tenemos datos que indican que la incorporación de resistencia en la planta tanto al virus como al insecto vector, encargado de transportar a este virus, puede ser muy efectiva para el control de las epidemias aunque no suficiente. De ahí que la incorporación de medidas de manejo del cultivo puede ser básica" afirma el director de la Estación Experimental de La Mayora.
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